Familia y empresa

Familia y empresa

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En mi larga experiencia profesional, he percibido que las empresas familiares exitosas suelen tener muy claras dos cosas: qué es una familia y qué es una empresa. Sobre estas dos ruedas en movimiento simultáneo se produce un dinamismo que lleva a lograr conquistas sorprendentes.

Siguiendo el símil del equilibrio sobre dos ruedas, la empresa familiar, una vez iniciado su caminar, no puede pararse, ya que su equilibrio sobre dos ruedas es inestable y requiere la fuerza del siempre adelante para no caer.

Por otra parte, cada una de las ruedas ha de tener sus neumáticos en las condiciones requeridas, la presión adecuada y los materiales que las componen en perfecto estado.

La primera rueda es la familia, lugar donde la persona es aceptada por lo que es y no por lo que vale, donde cada uno de los miembros aprende a relacionarse y a valorar su intimidad personal; donde en virtud del amor cada uno recibe mucho más de lo que da; donde se aprende a ser libre y a asumir responsabilidad. En definitiva, la familia es la mejor escuela de valores, como la responsabilidad, la honradez, la lealtad, la generosidad, el esfuerzo, la laboriosidad y tantos otros.

Como fruto de la libertad que se promueve en el seno familiar, surge la vocación de emprendimiento, creando empresas que generan riqueza y dan estabilidad y futuro a sus miembros. Por otra parte,

La empresa es una organización de personas, que trabajan coordinadas y de modo estable para lograr ciertas metas, con un propósito común, coordinando su actividad de modo estable y duradero (JA Pérez López).

Es decir, la empresa es, antes que nada, una organización de personas, una realidad humana con personas que tienen necesidades, cuya satisfacción es fuente de motivación para emprender.

Como en la empresa familiar el protagonismo corresponde a la familia será ésta la que transmita a la empresa los principios y valores que darán luz a su actividad. Los principios y valores serán la brújula que marque siempre el norte a la familia y, por derivación a la empresa.

Durante unos años colaboré con un empresario que destacaba por su inteligencia y capacidad de trabajo. Solía decir: ser honrado es siempre rentable. Yo solía responderle que a corto plazo no siempre es verdad, pero, a largo plazo, siempre.

A veces, uno se encuentra con empresas familiares en las que la familia se rige por unos valores indiscutibles y la empresa por pseudovalores. En el símil del inicio, sería como rodar con una rueda pinchada. ¿podrá llegar lejos?

Sin embargo, siempre suelo decir a mis clientes que cuando la familia está basada en sólidos principios y en valores contrastados y logra transmitirlos a la empresa, suele ser normal que la vida de la empresa se mida por generaciones y no por años.

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José Álamo

Más de 25 de vida profesional en Banca y asesoramiento financiero. Director Regional de Banco Atlántico y Banco Pastor. Consejo Director General del Banco de Asunción (Paraguay) y Banco del Plata (Uruguay). 18 años como asesor de empresas familiares en Latinoamérica y España. Economista por la Universidad Complutense de Madrid. PDG de la Escuela de Negocios IESE (Barcelona, España). Más de 30 años de experiencia en formación, asesoramiento y orientación familiar en Latinoamérica y España. Coach de Ejecutivos certificado por TISOC International School (Barcelona, España). Miembro de la Comisión de Industria de la Cámara de Comercio de Zaragoza (España). Autor del libro "Guía práctica para la elaboración de protocolos de familia" (2018).